Timothée Chalamet logra acuerdo con Paramount de 25 MDD

Paramount no se detiene ante el escenario y dudas sobre el futuro de Hollywood y cierra un trato con Timothée Chalamet por 25 millones de dólares para protagonizar High Side, un drama de motocross dirigido por James Mangold que marca su segunda colaboración tras la biopic A Complete Unknown. La cifra no solo sorprende: redefine la percepción de “actor joven rentable” en un mercado donde las apuestas fuertes suelen ir hacia franquicias ya probadas.

Este movimiento llegó justo en la primera jornada de una nueva administración dentro de Paramount, y el gesto fue tan inmediato que High Side pasó de ser un proyecto en negociación a convertirse en prioridad absoluta. Para demostrar qué tan comprometido está el estudio, asignaron un presupuesto inicial de 100 millones de dólares, algo extraordinario para una historia original sin respaldo de cómics, libros o universos compartidos. En un Hollywood obsesionado con minimizar riesgos, esta decisión tiene el aroma de una jugada estratégica y un poco de acto de fe.

La película se centra en Billy, un expiloto prodigio de MotoGP cuya vida se desplomó tras un accidente devastador. La historia lo encuentra en horas bajas, administrando un taller y cuidando a su padre adicto, hasta que su hermano Cole —un fugitivo del FBI— reaparece con un plan tan peligroso como adrenalínico: robar bancos usando superbikes de alta velocidad. Mangold, experto en personajes quebrados con motores rugientes y decisiones límite, parece encontrar en este relato terreno fértil para repetir la magia de Logan y Ford v Ferrari, pero en clave de crimen y redención.

Para Chalamet, este proyecto llega en un punto perfecto de su carrera. Sin nuevos títulos confirmados más allá de High Side, el actor terminó el rodaje de Dune: Part III y Marty Supreme, la producción más costosa en la historia de A24. Su nombre se ha convertido en una especie de sello premium: cualquier estudio que lo elige no solo busca talento, sino prestigio, atención mediática y audiencia joven dispuesta a seguirlo donde sea. Es un motor de gran cilindrada funcionando a plena capacidad, probando que puede cargar con universos como Dune o revitalizar marcas como Wonka, pero también liderar historias originales que requieren confianza absoluta del estudio.

Paramount no solo compró un guion y un director: compró la convicción de que Chalamet es uno de los últimos actores jóvenes capaces de convertir una apuesta arriesgada en un éxito global. La industria estará mirando este proyecto como un indicador de qué tan lejos puede llegar la nueva era de superproducciones originales, esas que vuelven a apostar por la adrenalina de una buena historia, y no solo por la maquinaria de una franquicia eterna.