Superman | James Gunn inaugura su DCU en un mundo dividido

David Corenswet ofrece al Superman más humano de todos

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Sergio Lopez Aguirre

08.07.2025, a las 15H19.

Actualizado en 08.07.2025, a las 17H05

Es arriesgado decir que, a estas alturas, todo el mundo conoce la historia de origen de Superman. Pese a ser, junto con Batman, el superhéroe más reconocible del planeta, muchos miembros de la Generación Z no han tenido contacto ni con las películas, ni con las series, y mucho menos con los cómics. Y ni hablar de la Generación Alfa —los nativos digitales nacidos a partir de 2010—, una generación que ha tenido más contenido a su disposición que ninguna otra. Para ellos, un personaje creado en 1938 compite contra videos de 90 segundos, trends de baile, videojuegos, pódcasts, etc.

Es en este contexto donde llega Superman de James Gunn. En este universo, para Kal-El, ser amable y bondadoso es el acto más punk rock que puede existir: confiar en el ser humano es, en sí mismo, un acto de rebeldía, especialmente en un planeta dividido por ideologías, dictaduras y conflictos políticos.

Por un lado, James Gunn confía en el público. Si bien al principio aparece una leyenda que nos sitúa dentro de este mundo de metahumanos, fuera de eso entramos de lleno en la historia. Se agradece que estemos ante un blockbuster veraniego con una duración de apenas dos horas —sin excesos—, pero también, personalmente, me deja la sensación de estar ante el inicio de un episodio de televisión. Es un "contenido" que estrenó en una plataforma digital y que está ahí, al alcance de un clic; le dimos “Skip intro” y ya estamos dentro de la historia. Es un arma de doble filo, porque para un público (los Alpha) educado bajo estos estándares eso es lo normal, mientras que para otras generaciones puede haber una desconexión inicial, la necesidad donde un 'lenguaje cinematográfico" hace falta.

Sin embargo, una vez que estamos en Metrópolis y en la realidad que plantea James Gunn, es más fácil conectar con las situaciones que ahí ocurren: desde personas modificadas genéticamente y aliens hasta gigantescos kaijus. Como ocurre con Lex Luthor en las distintas versiones de Superman a lo largo de las décadas, el némesis del Hombre de Acero busca derrotarlo usando sus vastos recursos económicos. Pero, quizá por primera vez, vemos en pantalla a un Luthor más cercano al Ozymandias de Watchmen: el ser más inteligente del planeta, con un plan que va más allá de la confrontación directa.

El resto de los personajes ayudan a mantener la tensión e interés en una historia que intenta explorar la importancia del periodismo, con la redacción del Daily Planet encabezada por Rachel Brosnahan. Sin embargo, esto no se refleja del todo en pantalla, dejando como centro a una Lois Lane incrédula de todo, cuyo afán periodístico supera su relación con Clark Kent. Así, lo que podría haber sido una pareja romántica parece más bien una relación a punto de terminar.

Ahora que James Gunn tiene el control creativo de DC Studios, queda claro que la presentación de la "Justice Gang" funcionará como un puente hacia la temporada 2 de Peacemaker, que se estrena en unas semanas. Aunque, nuevamente, esto representa un arma de doble filo: se siente a ratos que Superman (2025) es más un contenido transmedia que una película per se.

Aunque, al final, Gunn lo ha dicho antes: hizo Guardianes de la Galaxia por amor al cine, pero Superman nace de su amor por los cómics, un medio con el que tuvo contacto desde los tres años, observando las ilustraciones. Hoy le da al mundo un Superman que busca su lugar, como siempre lo ha hecho: un alienígena, un inmigrante —como él mismo lo ve—, dispuesto a hacer de su nuevo hogar un lugar mejor, incluso cuando no sea bienvenido por algunos locales. Y eso, hoy más que nunca, resuena profundamente.

Nota del Crítico

Magnífico