En La muerte de un unicornio Jenna Ortega y Paul Rudd interpretan a Ridley y Elliot, una hija y su padre que viajan a una casa de lujo en medio del bosque, propiedad del jefe del personaje de Rudd. Él busca presentarle una propuesta para obtener un mejor puesto en la compañía y así ofrecerle a su hija un futuro más estable. En el camino, se les atraviesa una criatura que resulta ser un unicornio. Para no retrasarse en su cita, deciden meterlo en la cajuela y continuar hasta llegar con él a la casa.
Desde ese momento, la construcción del suspenso en la ópera prima de Alex Scharfman se hace evidente: ¿cuánto tiempo tardará la familia de empresarios en descubrir el cuerpo del unicornio? ¿Qué harán con él si lo descubren? Las vibras del cine fantástico de los años ochenta son palpables en La muerte de un unicornio, donde los elementos mitológicos se combinan con una crítica mordaz a la clase alta.
Si bien este último recurso ha sido explorado en infinidad de películas de distintos géneros, países y directores —desde Parásitos de Bong Joon-ho hasta El discreto encanto de la burguesía de Luis Buñuel—, en La muerte de un unicornio presenciamos a una familia encabezada por el nominado al Oscar Richard E. Grant, junto a su esposa Téa Leoni, quienes, en su afán altruista por sobresalir dentro de su círculo social, terminan exhibiendo una completa ausencia de humanidad.
Mención aparte merece Will Poulter, como el hijo con una percepción alterada de la realidad, que ha dedicado gran parte de su privilegiada vida a emprender en negocios e ideas sin rumbo alguno. Aunque eso poco importa, ya que el dinero de papá siempre está ahí para rescatarlo. Nada que no hayamos visto —o incluso sufrido— antes.
Producciones como La muerte de un unicornio son cada vez más comunes dentro del circuito independiente de Hollywood, así como en cinematografías asiáticas o europeas, como lo fueron Reign of Fire, Sasquatch Sunset o The Mermaid de Stephen Chow. Por eso, es de agradecer que este tipo de historias lleguen a la pantalla. Estamos ante una propuesta original donde cada minuto abre caminos desconocidos para el espectador, logrando una experiencia que, en tiempos de franquicias, IPs y adaptaciones literarias, se vuelve cada vez más rara.
La muerte de un unicornio, con todo y sus elementos fantásticos, la mitología que rodea a estas criaturas y un reparto lleno de rostros conocidos, no deja de ser una producción modesta. Gran parte de su trama ocurre en una sola locación, lo cual ayuda a mantener la coherencia dentro de este mundo fantástico.
Año: 2025
País / Nación: Estados Unidos
Elenco: Jenna Ortega, Paul Rudd
