Neal McDonough, recordado por su trabajo en Desperate Housewives, Suits, Yellowstone y Capitán América: El primer vengador acaba de abrirse sobre uno de los capítulos más difíciles de su carrera: su veto informal en Hollywood por mantenerse fiel a sus creencias. En una conversación en el podcast Nothing Left Unsaid, el actor relató cómo su negativa a realizar escenas románticas con otras mujeres que no fueran su esposa provocó una ola de consecuencias que casi destruyen su vida profesional y personal.
“Durante dos años, no pude conseguir trabajo y perdí todo lo imaginable”, dijo. “No solo casas y cosas materiales, sino también tu estilo, tu tranquilidad, quién eres, tu identidad; todo. Mi identidad era la de un actor, y una muy buena. Y cuando pierdes esa identidad, te pierdes en una espiral descendente”.
Neal McDonough is a fellow Syracuse Orange alumni that took Hollywood by storm starring in things like Band of Brothers.
— Nothing Left Unsaid (@nlutimgreen) July 30, 2025
After Hollywood turned on him, he had to reinvent himself as the perennial bad guy to save his career. Throughout it all, he never lost his faith or his… pic.twitter.com/yor7HLwJY6
Durante casi dos años, dejó de recibir llamadas. Sus contratos desaparecieron. Su autoestima se desplomó, y en medio de la crisis, cayó en el alcohol. La industria lo marcó, todo por una decisión basada en convicciones personales. “Fue como caer en picada”, describió.
Gracias al apoyo de su esposa, Ruve McDonough, logró reconstruir su confianza. Y fue precisamente ella quien lo ayudó a superar el obstáculo que lo había marginado: en su reciente película The Last Rodeo, Ruve interpreta a su esposa en pantalla, permitiendo que McDonough finalmente filmara una escena de beso... sin comprometer sus principios.