La llegada de Samuel L. Jackson al universo de Tulsa King cambió el tono de la serie incluso antes de que las cámaras comenzaran a rodar. Sylvester Stallone, quien ha liderado el show desde su lanzamiento como Dwight “The General” Manfredi, confesó que la presencia de una figura tan poderosa como Jackson generó una presión inesperada. La anticipación de su primer encuentro fue comparada por Stallone con un enfrentamiento de boxeo, una imagen que captura a la perfección la energía previa al rodaje: dos titanes midiéndose, cada uno evaluando qué tan lejos podía llegar el otro.
Esta tensión inicial no fue un obstáculo, sino un acelerador narrativo. En la serie, Jackson interpreta a Russell Lee Washington Jr., un ex convicto enviado a Tulsa por la familia criminal Renzetti con la misión explícita de desestabilizar a Dwight. El conflicto entre ambos no surge solo del guion: toma fuerza del temor, la curiosidad y el respeto real entre dos actores que no habían trabajado juntos en más de treinta años de conocerse. Stallone terminó por describir su interacción como “armoniosa”, admitiendo que la energía relajada y segura de Jackson elevó cada escena y llevó la dinámica a un nivel inesperado.
Stallone relató que, una vez superada la ansiedad inicial, ambos descubrieron que podían coexistir sin competir. Esa sinergia dio lugar a momentos llenos de chispa y naturalidad que se reflejan directamente en la pantalla. Incluso llegó a bromear con la idea de un show alterno llamado Tulsa King and Buddy, un comentario que revela lo lejos que quedó la sensación de amenaza que sintió en un inicio.
Una expansión ambiciosa del universo criminal de Taylor Sheridan
La participación de Jackson no solo llega para agitar el ecosistema de Tulsa King, sino para sembrar la semilla del próximo capítulo del universo televisivo: NOLA King. Su personaje, inspirado por la manera en la que Dwight reconstruyó su poder en Tulsa, regresa a Nueva Orleans con la intención de reclamar su propio reinado criminal. Pero su aparición en la temporada 3 aparece en un momento crítico: con solo tres episodios restantes, el show enfrenta el desafío de presentar a Washington, construir su rivalidad con Dwight y volverlo carismático en tiempo récord. Este “dilema narrativo” es una de las apuestas más grandes de la producción, y el éxito del spin-off dependerá de qué tan convincente sea esa transición.
Con la producción de NOLA King programada para iniciar el próximo año, la llegada tardía de Jackson en Tulsa King sirve como probada estratégica. La serie construye un personaje que mezcla lealtad rota, ambición y la promesa de una segunda oportunidad, elementos que podrían convertirse en la base de la próxima franquicia derivada del universo creado por Taylor Sheridan.