Muerto por un rayo (Death by Lightning) es una de las miniseries históricas más comentadas del año en Netflix. Inspirada en el libro Destiny of the Republic de Candice Millard, la producción reconstruye el asesinato del presidente estadounidense James A. Garfield (interpretado por Michael Shannon) y el delirante ascenso y caída de su agresor, Charles Guiteau (Matthew Macfadyen).
Spoilers de Muerto por un rayo a continuación
El último episodio de Muerto por un rayo ofrece una conclusión: el presidente Garfield no muere a causa del disparo de Guiteau, sino por las malas prácticas médicas de su época. Después del atentado en la Estación Baltimore y Potomac, Garfield sobrevive, pero los médicos liderados por el Dr. Bliss —en su empeño por demostrar autoridad— manipulan la herida con instrumentos sin esterilizar. El resultado: una infección masiva que deriva en sepsis, acabando lentamente con la vida del mandatario durante 80 días.
La serie hace hincapié en el contraste entre la ciencia moderna y la ignorancia médica del siglo XIX, mostrando cómo el orgullo de los doctores fue más letal que la bala misma. En un poderoso paralelismo, mientras Garfield se consume, su esposa Lucretia (Betty Gilpin) observa impotente, encarnando el costo emocional del poder y la pérdida.
El destino de Charles Guiteau: locura, juicio y caída final
Por su parte, Charles Guiteau enfrenta las consecuencias de su acto con un aire delirante de gloria. Cree firmemente que su crimen lo convertirá en héroe patriótico, pero termina condenado y ejecutado. En su última escena, recita su poema “I Am Going to the Lordy” antes de ser ahorcado, mientras el montaje paralelo muestra a Lucretia leyendo la última carta de su esposo. La serie introduce un momento de ficción: un encuentro imaginario entre Lucretia y Guiteau en prisión, donde ella le advierte que su nombre será borrado de la historia, sellando el destino de ambos personajes en un mismo acto de tragedia y redención.
El desenlace muestra a Lucretia sentada frente a la mesa que James había construido, con la silla vacía a su lado. Esa imagen, cargada de simbolismo, representa el vacío que deja la pérdida, pero también el inicio de una nueva era. Los créditos finales confirman que el vicepresidente Chester A. Arthur (Nick Offerman), influido por la moral de Garfield, implementó las reformas al servicio civil que su predecesor había defendido, poniendo fin al sistema de corrupción conocido como “spoils system”.
Con su tono sobrio y su precisión histórica, la serie logra algo más que recrear un asesinato: convierte una tragedia en una reflexión sobre la fragilidad humana y la capacidad de la ética para trascender la muerte.
La miniserie está disponible en Netflix.