En desarrollo desde 2013 y con un presupuesto de alrededor de US$ 250 millones, Masters of the Air llevó a la dupla de productores ejecutivos Tom Hanks y Steven Spielberg a romper una asociación de décadas con HBO, encontrando en Apple TV+ un nuevo hogar. La secuela espiritual de Band of Brothers (2001) y The Pacific (2010), la miniserie de nueve episodios retoma la Segunda Guerra Mundial con la misma promesa de reverencia y precisión histórica que sus predecesoras, pero ahora dejando de lado la perspectiva de la Infantería y los Marines para centrarse en la Aeronáutica. Reuniendo un elenco extenso y lleno de jóvenes estrellas en ascenso, la superproducción, que se estrena este viernes (26), no tarda en mostrar por qué una inversión tan alta: entre vestuarios elaborados, sets llamativos y secuencias intensas desarrolladas con tecnología de punta, Masters of the Air tiene en el espectáculo visual uno de sus principales atractivos.
Dirigidos por Cary Joji Fukunaga (True Detective, Maniac, 007 - Sin Tiempo Para Morir), los dos primeros capítulos de la serie, "Parte Uno" y "Parte Dos", se encargan de presentar la jerarquía superior de la 100ª Compañía de Bombardeos, la importancia de los mecánicos para la Aeronáutica y las diferentes tácticas de combate de los miembros de las Fuerzas Aliadas (en especial, una comparación entre los ataques diurnos de los aviones estadounidenses y los nocturnos de los británicos). Adaptando el libro Masters of the Air: America's Bomber Boys Who Fought the Air War Against Nazi Germany, del historiador Donald L. Miller, la narrativa del comienzo de la miniserie establece las bases para desentrañar cómo esta escuadrilla en particular llegó a ser llamada "Cienfuegos Sangrientos".
Para ello, los creadores y showrunners John Shiban y John Orloff (quien también escribe los guiones, 23 años después de haber escrito dos de los 10 episodios de Band of Brothers) se apoyan en un elenco que mezcla jóvenes talentos estadounidenses y británicos en un grupo lleno de química y entrega. Austin Butler (Elvis) y Callum Turner (La Última Carta de Amor) abren la serie con mucho carisma y naturalidad, en los papeles de los mayores Gale Cleven y John Egan, respectivamente. Con apodos casi idénticos de "Buck" y "Bucky", estas dos figuras históricas fueron los líderes de la 100ª en gran parte de sus combates aéreos, agregando el trauma de la guerra a los recuerdos de toda una vida como amigos.
Seguidamente, el público es guiado por la narración del Mayor Harry Crosby (Anthony Boyle), aún lejos de la posición de mando que lo colocaría en la historia de las Fuerzas Armadas estadounidenses. Es él quien presenta otros importantes nombres de la escuadrilla, como los tenientes Curtis Biddick (Barry Keoghan) y Roy Frank Claytor (Sawyer Spielberg, hijo de Steven), además del jefe de los mecánicos, con solo 19 años, el Sargento Ken Lemmons (Rafferty Law, hijo de Jude). No tarda mucho para que gran parte de estos personajes esté en el aire bajo fuego nazi, luchando por su vida y por la conclusión de misiones de bombardeo complejas. Grabada utilizando el Volumen, una tecnología de pantallas curvas que construyen un escenario digital tangible para el elenco y las cámaras, desarrollada en The Mandalorian, la miniserie permite una buena inmersión en los combates sangrientos de la Segunda Guerra Mundial, aunque los efectos especiales no sean impecables.
Experimentado, Fukunaga acelera y desacelera con seguridad los momentos de tensión y la liberación del sentimiento desesperado de la guerra. Uno de los mejores planos del episodio piloto existe gracias a la decisión del director de alargar la imagen de un cuerpo desmayado en una cabina dañada de un avión de combate B-17, invitando al espectador a reflexionar sobre la soledad de los cielos. Otro punto destacado, proporcionado en sinergia con el buen texto de Orloff, ocurre cuando un sacerdote se ofrece a rezar por los pilotos, minutos antes de que partan a la batalla. Cerrando una escena de aire corporativo, es un momento que recuerda al espectador (y a los propios personajes de la serie) que, para muchos allí, el trabajo del día será la muerte.
Si bien hay un gran cuidado en la reconstrucción histórica, reflejado no solo en el cariño dado al montaje del elenco, las caracterizaciones de los personajes, la reconstrucción de uniformes, escenarios, aeronaves y armamentos, desafortunadamente no sucede lo mismo en cuanto al tratamiento de la cuestión de la guerra en sí. Hay poca actualización en el tono de patriotismo casi romántico con el que se retrata uno de los episodios históricos más oscuros de la humanidad (y de la historia de EE. UU.), en comparación con hace 20 años, y esto, además de ser insensible, a veces suena cursi. Para empeorar las cosas, la banda sonora original de Blake Neely (La Chica del Tiempo) es insistente en su intento de ser épica, sin sonar realmente así, lo que solo agrava el problema.
Aun así, aunque no logre atraer espectadores más allá de los que habitualmente se interesan por dramas de guerra y tramas históricas (y la miniserie ni siquiera parece preocuparse por eso), Masters of the Air despega de manera segura gracias a la base sólida construida por un elenco que aún cuenta con nombres como Lauren McQueen (The Wasting), Isabel May (1883), Josiah Cross (King Richard), Branden Cook (Chicago P.D.) y Ncuti Gatwa (Doctor Who). Además, es interesante ver cómo la producción lleva a cabo la transición de directores entre ciertos episodios, para sacar el mejor provecho de la alta inversión de Apple, en un movimiento que ve el relevo de Fukunaga a Anna Boden y Ryan Fleck (Captain Marvel), Dee Rees (Mudbound: El Color de la Guerra) y Tim Van Patten (Los Soprano).
Masters of the Air suma nuevos episodios semanalmente, siempre los viernes.