Películas

Notícia

Superman deja atrás el realismo y rescata el cine palomitero para la familia

James Gunn convierte el mayor símbolo de DC en un intento de renovar los éxitos de taquilla del género en Hollywood

Omelete
3 min de lectura
14.07.2025, a las 13H57.

La pandemia ha planteado un sinfín de interrogantes para Hollywood: desde los patrones de consumo de la nueva generación hasta los salarios y la compensación financiera de los artistas, e incluso un punto crucial en la creación de películas de gran presupuesto: ¿para quién están dirigidas las grandes superproducciones hoy en día? Si hasta 2019 era evidente que los superhéroes se habían convertido en el mayor pilar de la taquilla estadounidense, para 2022 ya era evidente que esta corona había cambiado: las animaciones, los remakes y diversas franquicias ya habían recuperado el título, pero todas con un denominador común: la familia.

El nuevo Superman,  dirigido por James Gunn, es quizás la primera película de superhéroes que conecta con este propósito y lo hace de una manera que no reniega de los orígenes de la obra original; en otras palabras, no falta al respeto al fandom más ferviente de DC Comics. Si bien está abierta a críticas, como cualquier película, esta versión del Hombre de Acero no se limita a replicar una fórmula para complacer al público. En última instancia, crea una narrativa que, como los éxitos de taquilla más clásicos de un Hollywood menos desesperado, llega a varias generaciones en una sola historia.

David Corenswet y Rachel Brosnahan no solo están geniales como Clark y Lois; forman una pareja que derrocha la química típica de las buenas comedias románticas con carisma: la escena inicial con diálogo y el beso final son momentos que dibujan una sonrisa en el rostro de cualquiera. La relación de Superman con Krypto, uno de los mayores temores de los fans, se convierte en un elemento cómico y cariñoso que no obstaculiza el desarrollo del personaje principal; está ahí para crear empatía y conexión en los diferentes aspectos del guion. La comedia, que fácilmente podría resultar exagerada, como en otras obras de Gunn, es el toque de ligereza sin ingenuidad en una trama guiada por temas fuertes y actuales que resonarán plenamente si los fans más fieles quieren debatir las políticas expuestas en la película.

Esta mezcla de tonos aporta ese aspecto "optimista" que se convirtió en el principal sello distintivo de Superman, pero en cuanto al género, parece finalmente recuperar la aventura que se perdió debido al realismo que historias como esta buscaron durante tanto tiempo. El viaje de héroes como Indiana Jones, por ejemplo, mezcló todos estos elementos; Star Wars hizo lo mismo; Los Goonies e incluso éxitos de taquilla como Jurassic Park, Independence Day o Armageddon. Cada uno en su propia época, pero todos respondiendo a dos factores importantes: el género en ese momento y la capacidad de llegar al público más amplio posible. Y si, en las décadas de 1990 y 2000, el auge de las películas de invasión, la tragedia y las teorías de la conspiración, estos últimos títulos mencionados marcaron una generación, Superman demuestra que quizás ahora sea el momento de que los héroes adopten estos factores.

El mayor desafío para el cine de DC/Warner es el drástico cambio en el consumo entre el público más joven, que cuenta con una amplia gama de opciones de entretenimiento. Sin embargo, los padres, madres e hijos son el público con mayor potencial en el cine actual; no es de extrañar que películas de animación como Inside Out 2, Despicable Me e incluso la película china Ne Zha se hayan convertido en fenómenos de taquilla. Para que un nicho se convierta en algo común, como sucedió con Marvel, puede llevar años o incluso no volver a presentarse en los cines. Y es en estos tiempos, como en otras crisis que la industria ha enfrentado, que recurre a quienes siempre tienen una razón para el entretenimiento en grupo: la familia.

Este sitio utiliza cookies para mejorar tu experiencia. Al continuar navegando, aceptas su uso. Puedes deshabilitarlas desde tu navegador.