Mientras el mundo de la Fórmula 1 se rinde ante el glamour de la película F1 protagonizada por Brad Pitt y producida por Lewis Hamilton, Max Verstappen ha decidido mantenerse al margen. El actual campeón mundial dejó claro que no ha visto la película, no tiene intención de hacerlo y prefiere pasar sus días con su hija y su pareja. (vía)
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“Prefiero cambiar pañales que ir a una alfombra roja”, sentenció desde Austria.
Con su estilo directo y sin filtros, Max Verstappen volvió a demostrar que no está hecho para la farándula. “No me gusta vestirme de traje ni estar con personas que no conozco solo para fingir una sonrisa”, dijo. Su ausencia en las premieres tanto en Nueva York como en Londres ha sido notoria, y lejos de disculparse, el piloto explicó que su enfoque está en ser un padre presente y buscar nuevas emociones lejos de la presión mediática de la F1.
Max confesó que durante uno de los estrenos de la película, estaba en Spa conduciendo un GT3. También reveló que usó un nombre falso para probar un Ferrari en Nürburgring sin levantar sospechas. “Estas cosas me mantienen motivado y hacen que la F1 siga siendo divertida para mí”, dijo, agregando que ya no se siente tan comprometido con las exigencias de imagen de la FIA o el marketing de los equipos.
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Su rechazo al espectáculo de Hollywood y su decisión de mantenerse firme en sus valores lo han hecho aún más popular entre los aficionados. Lejos de buscar titulares, Max Verstappen se ha convertido en uno de los pilotos más auténticos del circuito. “No actúo. No hay agenda. Solo soy yo”, concluyó. Frente al brillo de los focos, él elige la tranquilidad del hogar y la emoción de las pistas reales.
F1 se está proyectando actualmente en cines.
