Chris Columbus, director responsable de clásicos como Mrs. Doubtfire, las primeras películas de Mi pobre angelito y las dos primeras entregas de Harry Potter, ha compartido detalles inéditos sobre su abrupta salida de la producción de Fantastic Four (2005). En el podcast Fade to Black, Columbus relató cómo su participación terminó antes de tiempo, dejando claro que la experiencia lo alejó temporalmente del mundo de los superhéroes.
“Había trabajado en un guion y había muchas ideas sobre la mesa. Básicamente sugerí que el arte conceptual debería reflejar más el estilo de Jack Kirby y la Edad de Plata de Marvel. Salí de la reunión y, camino a casa, recibí una llamada del estudio: estaba despedido por tener demasiada opinión”, compartió.
El director confesó que este golpe afectó su entusiasmo por dirigir proyectos de cómics durante varios años.
Más allá de la anécdota del despido, Columbus también reflexionó sobre por qué actualmente prefiere no involucrarse en películas de superhéroes. Reconoció el trabajo de colegas como Sam Raimi y Matt Reeves, afirmando que sus películas (Spider-Man 2 y The Batman, respectivamente) representan el nivel de calidad que, según él, actualmente supera lo que él podría aportar. “A lo largo de los años la gente lo ha hecho tan bien que personalmente perdí el interés en hacer una película de superhéroes”, confesó.
El director también recordó un desacuerdo previo con el estudio sobre cómo representar al personaje de Ben Grimm/La Mole. Columbus defendía el uso de efectos visuales para lograr un resultado más realista: “Nunca se podría lograr realmente el tamaño de Ben Grimm si no es CGI o algo así”. Esto evidencia que su visión del proyecto chocó con la interpretación y las limitaciones que el estudio estaba dispuesto a aceptar, contribuyendo a su salida.
Aunque Fantastic Four (2005) obtuvo un desempeño moderado en taquilla con 333 millones de dólares, recibió críticas negativas. No obstante, Michael Chiklis defendió el filme, asegurando que “fue muy querida por la audiencia”, destacando que, a pesar de los conflictos detrás de cámaras, la película encontró su público.