Una batalla tras otra | DiCaprio entre la revolución y la paternidad

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Una batalla tras otra | DiCaprio entre la revolución y la paternidad

Paul Thomas Anderson entrega su mejor película desde Petróleo Sangriento

Omelete
4 min de lectura
Lopez Aguirre
18.09.2025, a las 16H41.
Actualizado en 18.09.2025, a las 17H25

Antes que un director, Paul Thomas Anderson es un escritor, un narrador de historias que van desde el mundo de las apuestas en su ópera prima Hard Eight, pasando por el ascenso y caída de la industria del porno con Boogie Nights (papel inicialmente ofrecido a Leonardo DiCaprio, pero inmortalizado por Mark Wahlberg), hasta el épico drama de tres horas sobre un día en la vida del valle de San Fernando con Magnolia, un guion que escribió mientras se aislaba en una cabaña durante un par de semanas.

Tras obras de culto como Petróleo Sangriento, The Master y El hilo fantasma, Anderson regresa por primera vez a la época actual tras explorar distintos períodos en sus películas. Con Una batalla tras otra, entrega una obra que, gracias al impresionante rango actoral de uno de los mejores actores de Hollywood, Leonardo DiCaprio, ofrece una perspectiva sobre lo dividido que está el mundo. Curiosamente, la más reciente película de Anderson está ligeramente basada en Vineland, del enigmático autor de culto Thomas Pynchon, a quien el director ya había adaptado de manera más literal en Inherent Vice, protagonizada por Joaquin Phoenix.

Una batalla tras otra nos presenta a Bob Ferguson (DiCaprio), un revolucionario que busca provocar caos a un gobierno de derecha mientras ayuda a inmigrantes, todo esto mientras se relaciona con una de las líderes del movimiento conocido como French 75. Sin embargo, el paso del tiempo y las responsabilidades de adulto pesan, aunque los fantasmas de su vida revolucionaria permanecen siempre presentes para él y su familia.

Si colocáramos Una batalla tras otra en un parque de diversiones junto al resto de películas en cartelera, en streaming y durante la temporada de premios, la película de DiCaprio sería la atracción principal: la montaña rusa que va de 0 a 100 en sus primeros minutos, solo para moderar ligeramente su velocidad tras los primeros 90 minutos, tomar una curva y culminar en un sube y baja literal que termina de manera espectacular.

La proeza de la dirección de Anderson radica en las diversas capas que maneja la película. Por un lado, es la representación actual de un Estados Unidos —y un mundo— dividido entre conservadores y liberales/revolucionarios; por otro, es una historia simple pero poderosa sobre la paternidad, en la que un hombre busca proteger a su hija no solo de las amenazas del día a día, sino también de su propio pasado.

Sean Penn, en quizá su mejor papel desde que ganó el Oscar por Milk en 2009, entrega un villano complejo pero caótico, con secretos y ambiciones de formar parte de una élite que, aunque podría parecer un chiste, no está alejada de nuestra realidad. En Estados Unidos se señala que la fisicalidad de su personaje está inspirada en Robert F. Kennedy Jr., y basta con verlo para comprender por qué. Por su parte, Benicio del Toro representa un apoyo para la misión de DiCaprio, en un tono más contenido frente a la explosividad de éste, formando así un dúo cinematográfico extraordinario.

Aunque los personajes femeninos parecen más unidimensionales —“Soy la revolucionaria”, “Soy la hija”, “Soy la hermana”—, esto no impide que cada actriz construya personajes que impactan la vida y decisiones del protagonista y su antagonista. Destaca especialmente Chase Infiniti, quien sostiene gran parte de dos actos de la película, sorprendiendo aún más al saber que es su primera película y apenas su segundo trabajo, siendo el primero la serie de Apple TV Presunto culpable, donde interpreta a otra hija de un actor reconocido: Jake Gyllenhaal.

El choque entre tradición y contracultura es evidente en el trabajo de Anderson, quien demuestra ser uno de los pocos directores contemporáneos cuyo trabajo sigue siendo distintivo en cada película. Aunque El hilo fantasma sea un drama romántico sobre un diseñador de moda, forma parte de la filmografía de un director que también explora el poder del culto en Estados Unidos en The Master, o la figura de un coach personal misógino en Magnolia. Todas estas historias, distintas en fondo y ejecución, convergen en una visión única: la de Paul Thomas Anderson.

Una batalla tras otra resulta ser una máquina cinematográfica perfecta, sincronizada en todos sus departamentos: actuaciones de primer nivel, un score hipnotizante de Jonny Greenwood, fotografía que combina estética de guerrilla y western (aunque ya no supervisada por Anderson como en sus trabajos anteriores), y una edición trepidante a lo largo de sus 165 minutos de duración. Una proeza que parecía imposible, pero que se manifiesta en pantalla grande y que seguramente resonará en premios y conversaciones futuras, abordando tanto el estado del mundo como lo más íntimo y poderoso: el amor de un padre por su hija y su lucha por protegerla del legado que le deja el mundo.

Nota del Crítico
Excelente!
Una batalla tras otra
One Battle After Another
One Battle After Another

Año: 2025

País / Nación: Estados Unidos

Classificação: 18 Años

Duración: 2 hs. 41 min. min

Dirección: Paul Thomas Anderson

Elenco: Benicio del Toro, Sean Penn, Leonardo DiCaprio

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