La hora de la desaparición es uno de esos extraños casos dentro del cine de terror de estudio —en este caso, producido por New Line Cinema de WB Discovery— cuya ejecución se siente arriesgada en un género donde predominan las tramas lineales, enfocadas en el susto fácil y el gore. Sin embargo, en su segunda película como director tras Barbarian, Zach Cregger presenta una propuesta estructurada a partir de historias interconectadas, al más puro estilo de Pulp Fiction, Go, Short Cuts, Magnolia e incluso la mexicana El callejón de los milagros.
Cregger nos introduce, mediante la narración en off de un niño, en la historia de un pueblo marcado por la misteriosa desaparición de 17 alumnos de un mismo salón de clases. El relato se construye a través de múltiples perspectivas: la de la profesora (Julia Garner), un padre de familia interpretado por Josh Brolin, un oficial de policía (Alden Ehrenreich), el director de la escuela, un adicto callejero y el único niño de ese grupo que no desapareció.
Lo que consigue Cregger es una película que combina la atmósfera del horror contemporáneo —el llamado elevated horror, como el de Ari Aster o Robert Eggers— sin caer en soluciones rebuscadas o mitologías nórdicas del siglo III. En La hora de la desaparición, el terror se desarrolla poco a poco, empapado de cultura pop, hasta detonar en su clímax con uno de los momentos más jubilantes y sangrientos del cine de género reciente.
No obstante, este enfoque coral, donde cada protagonista tiene su propio arco narrativo antes de converger en el desenlace, provoca ciertos tropiezos en la transición entre segmentos. Como espectador, llega un punto en el que anticipas que la pantalla se irá a negro y aparecerá el nombre del siguiente personaje, lo que le resta fuerza al efecto cliffhanger, asemejándose más a una estructura episódica propia de la televisión.
Aun así, estamos ante una película que evita abrazar el tono solemne o trágico típico del elevated horror, pese a tratar un tema tan oscuro como la desaparición infantil. Es en su último capítulo donde Cregger revela todas las cartas que venía preparando y entrega una resolución tan satisfactoria como inesperada. Un cierre que remite al espíritu de los clásicos ochenteros, donde el terror y la comedia se daban la mano sin pudor. Weapons, o La hora de la desaparición en español, es un viaje vibrante que confirma a Cregger como una de las voces más interesantes del género, mientras que WB Discovery ya encontró un nuevo director de terror.