Netflix estrenó 50 segundos: El caso Fernando Báez Sosa, una docuserie de tres episodios dirigida por Martín Rocca que revisita uno de los asesinatos más conmocionantes de Argentina en tiempos recientes. La producción recupera las horas y días que rodearon la tragedia ocurrida en 2020, cuando Fernando, un joven de 18 años, murió tras una golpiza brutal a manos de un grupo de rugbiers en Villa Gesell. El ataque, registrado en video y difundido masivamente, se convirtió en una herida abierta para el país y en un espejo que reflejó fallas profundas en la convivencia juvenil, la noche y la violencia colectiva.
Uno de los principales atractivos de la docuserie es la manera en que combina material de archivo, fotografías, reconstrucciones y el testimonio de personas que no habían hablado públicamente hasta ahora. Además de la voz cercana de los padres de Fernando, el proyecto incorpora declaraciones de allegados a los condenados, así como reflexiones de especialistas judiciales y periodistas que acompañaron el caso desde el primer día.
El director Martín Rocca, quien ya había trabajado en proyectos documentales de alto perfil, explica que su intención no es reabrir el expediente judicial, sino abordar lo que el crimen significó para un país que aún intenta comprender cómo una situación de violencia grupal pudo escalar hasta un desenlace fatal en menos de un minuto. Según Rocca, la historia de Fernando es una tragedia profunda donde la víctima es él, pero cuyo impacto se extiende hacia familias enteras, instituciones y una generación que se vio interpelada por la brutalidad del hecho.
50 segundos también plantea interrogantes sobre elementos sensibles que continúan siendo parte del debate público: el consumo problemático de alcohol en la nocturnidad, la cultura de ciertos grupos deportivos, los silencios cómplices y las dinámicas masculinas que normalizan situaciones potencialmente violentas. Para muchos espectadores, la serie funciona como un recordatorio de cómo pequeñas señales pueden escalar rápidamente cuando no hay frenos institucionales, sociales o individuales.
Aunque la recepción ha sido mayormente positiva por su intención de profundizar en el caso, algunas críticas señalan que la producción no logra desprenderse por completo de ciertos patrones narrativos característicos del "documental algorítmico" de plataformas, lo que podría limitar su capacidad para abrir nuevas líneas de reflexión. Aun así, la docuserie se suma a la creciente línea de contenidos argentinos sobre crímenes reales en Netflix, reforzando un interés sostenido por historias que combinan memoria, justicia y análisis social.