27 noches de Daniel Hendler llegó a Netflix y la película centra su narrativa en Martha Hoffman (Marilú Marini), una mujer de 83 años, cuya vida independiente se ve amenazada cuando sus hijas deciden internarla en una clínica alegando demencia. Desde el inicio, el filme plantea una tensión moral: ¿quién decide lo que es mejor para los adultos mayores, la familia o la propia persona?
La subtrama central se centra en la resistencia de Martha frente a la pérdida de su autonomía. Hendler y Zito exploran la delgada línea entre la enfermedad y el deseo de libertad, haciendo que los espectadores cuestionen sus propios prejuicios sobre la vejez. La protagonista se mantiene lúcida y desafiante, mostrando que la percepción de vulnerabilidad puede ser tan social como médica. Su lucha no es solo por su vida diaria, sino por el derecho a decidir sobre su propio cuerpo y su patrimonio, un conflicto que refleja un problema real en muchos contextos legales y familiares.
Daniel Hendler interpreta a Leandro Casares, el perito judicial encargado de evaluar a Martha. Su personaje funciona como el puente entre el mundo legal y el emocional, enfrentando la complejidad de juzgar la salud mental de alguien sin despojarla de su dignidad. La interacción entre Martha y Leandro revela la burocracia y el paternalismo que a menudo rodean a los adultos mayores, cuestionando si la ley protege o restringe su libertad.
Hendler logra equilibrar la intensidad emocional con un tono irónico que suaviza la crudeza del drama. La película utiliza la ironía para destacar la absurda burocracia y los prejuicios sobre la vejez, invitando al espectador a reflexionar sin sentirse abrumado. Esta aproximación permite que las subtramas de Martha, Leandro y la familia se entrelacen, mostrando tanto la fragilidad como la fuerza de las personas mayores y la ambigüedad moral de quienes las rodean.
27 noches no es solo un drama familiar, sino un estudio sociocultural sobre la autonomía en la vejez. Cada personaje y cada subtrama contribuye a un mensaje central: la independencia de los mayores merece respeto y protección, y la percepción de vulnerabilidad no siempre refleja la realidad de su capacidad. La actuación de Marilú Marini y la dirección de Hendler consolidan un relato humano, irónico y profundamente reflexivo que seguirá generando debate entre los espectadores.
